Diferencias entre el aprendizaje lingüístico en los niños y los adultos

Uno de los mecanismos de compensación que podemos mencionar, como una ventaja que presentan los adultos en el aprendizaje, es el uso de su memoria, la cual está más desarrollada que en los niños (Ellis, 1996; Fodor, 1983).

A esta capacidad del cerebro para acomodarse a la incorporación de nuevos estímulos o informaciones se la denomina - por lo maleable de las conexiones entre las células nerviosas - "plasticidad neuronal". Los adultos están acostumbrados a memorizar números, formas, fórmulas; esto debe ser capitalizado, cuando de elegir metodologías para la enseñanza se trate. Ante estas diferencias mencionadas, podemos concluir que, si se aplican los conceptos sobre la adquisición de la primera lengua al aprendizaje de una segunda, se cae en el error de generalizar el proceso como común a todos los individuos, sin tener en cuenta diferencias de estilos y necesidades de aprendizaje.

El aprendizaje de una segunda lengua en los niños, sin duda, se realiza de una forma similar al que realizaron en la adquisición de su propio idioma.
La incorporación de vocabulario y estructuras se lleva a cabo en formal gradual y casi diríamos, "natural" en términos de conciencia racional: los chicos pueden aprender el idioma "jugando", incorporando frases que resulten de la necesidad de comunicación en situaciones reales especialmente preparadas para que el niño "construya" a través de su experiencia.

En este trabajo no vamos a dedicarnos a la teoría del aprendizaje constructivista, (Pozo, 1997) ni nos referiremos a la obra de Piaget (1983) o Vigotsky (1995), autores importantísimos dentro de esta teoría, cuyas investigaciones han dado luz al conocimiento sobre el aprendizaje infantil.
Siguiendo el tema del aprendizaje a edad infantil, es natural y sabido, por ejemplo, que los niños aprenden su primera lengua en forma oral ( Bruner, 1998) Por lo tanto, cuando pasan al aprendizaje de una segunda, es aconsejable que la enseñanza sea llevada a cabo de la misma manera.

Siguiendo la misma línea, las necesidades de comunicación y desempeño en una lengua extranjera por parte de un adulto requiere de otras exigencias en términos de tiempo y habilidades a desarrollar, de ahí que esta metodología "oral" originada en la "natural oralidad del idioma" no sea totalmente beneficiosa para un adulto.
Al haber sido expuestos ya a un aprendizaje "alfabetizado", el adulto necesita de la ayuda escrita, como forma de acercamiento a lo que no le es natural (De Kerckhove, 1999; Bruner, 1998), en este caso el aprendizaje de un código que no es el propio, o sea, la lengua extranjera que necesita aprender. Este aprendizaje, entonces, se ve facilitado por la ejercitación escrita y la lectura.

En el caso de los adultos, desde un primer momento, su necesidad de comunicación y de emitir oraciones más complejas hace que el proceso de aprendizaje se vea urgido por una variable de tiempo.

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